RINCON BEISBOLERO

Por: José Carlos Campos

 

26 de Marzo de 2024- Nadie que pueda decir (afirmar) que Japón es diferente al resto de las naciones y en consecuencia, que los japonés son por eso nada iguales al resto de los nativos de las otras naciones. Por más que su cultura sea radicalmente (en apariencia) diferente a la occidental (por lo menos) privan en su sociedad algunos de los muchos males modernos que privan en la actualidad fuera de dicho país.

 

Viene a cuento la perogrullada anterior por el caso Ohtani y sus reciente declaraciones, en las cuales se dijo víctima del presunto enredo en que en el que ve envuelto por culpa de su exintérprete Ippei Mizuhara, a quien se acusa de haberle estafado 4.5 millones de dólares para pagar deudas originadas por apuestas ilegales.

 

El caso da para muhco, incluso para que se abran dos flancos fácilmente identificables: lo que quieren creer en la inocencia de Ohtani y los que quieren (ojo con esto) que el superestrella japonés sea culpable. De todo hay en la viña del Señor.

 

Y es que a querer o no, pesa y mucho la imagen del pelotero, como si no fuera posible que detrás de esa figura que transmite bonhomía, sencillez, buen carácter y humildad pudiera residir algo de ,digamos, “maldad” o intención alguna por violentar las reglas.

 

Pero esa imagen no es totalmente aceptada, se advierte, choca con la visión y criterio de aquellos a los que llamaremos, arbitrariamente, los “conspiracionistas” que se niegan a aceptar la versión de que Ohtani es inocente.

 

DICHOS- Aquí hay que poner ojo al parche: nadie está acusando al pelotero de haber apostado en el béisbol, que al parecer se sabe con certeza de que las apuestas fueron hechas en otras actividades deportivas. Debe desligarse por ello del sonado caso de Pete Rose.

 

La trama se enreda porque pareciera que todo queda en dilucidar cuáles de los dichos vertidos por Mizuhara y Ohtani son los ciertos, si el intérprete es un mero “chivo expiatorio” o si Ohtani está diciendo la verdad.

 

Se suponía que MLB no iba a investigar los hechos, esto se manejaba hace unos días atrás, pero ya se supo que la oficina del comisionado Rob Manfred irá hasta el fondo de las investigaciones. Ya está hurgando y checando detalles.

 

No, no es asunto menor. Las Grandes Ligas se están metiendo con un pelotero que representa una importante fuente de ingresos para la industria, sobre el cual gira una campaña mediática que lo hacen distinguir como “la cara” del negocio y al cual, se supone, deben cuidar y atender con mucho cuidado.

 

Y es por ello que uno quisiera creerle a Ohtani, sobran razones para creerle e insistimos, su imagen no refleja en apariencia seña alguna de un proceder deshonesto.

 

Lo que está en juego en este caso sobrepasa las percepciones: lo único que se necesita saber es la verdad.

 

DETALLES- Se presentaron los Yankees de Nueva York en ciudad de México y su visita sirve para algunos apuntes que no pueden dejarse pasar de largo.

 

Uno: tal y como se esperaba, el estadio se llenó y eso siempre es buena noticia.

 

Dos: se festina que los Diablos Rojos se llevaran el triunfo en ambos juegos siendo esto lo menor relevante ya que a contrapié, vienen los comentarios de que fueron obtenidos ante un equipo “parchado”, que está en fase de preparación y que estuvo lejos de integrarse con sus mejores hombres. Esto es un mero apunte.

 

Tres: llegaron los reportes de que nuevamente, y para no variar, la ocasión sirvió para que algunos representantes de los medios de comunicación se exhibieran, se dejaran ver con las peores mañas y los peores vicios del periodismo (en este caso) beisbolera: bajar al terreno de juego para solicitar autógrafos y/o fotos revelan que el pantano sigue ahí y que les importa poco cruzarlo saliendo todos manchados.

 

Detalles, meramente detalles.