MARIACHIS EN UNA LAGUNA, NO EN LLANO

MARIACHIS

RINCON BEISBOLERO

Por: José Carlos Campos

 

8 de Junio de 2022- Salió a la luz lo que está ocurriendo en el seno de los Mariachis de Guadalajara, franquicia de nuevo cuño en la LMB y que llegara al circuito por gestiones (llamémosla así, por lo pronto) del residente de palacio nacional. Algún favor le debía a alguien, movió los hilos del poder y ¡abracadabra!, se hizo posible la nada necesaria expansión del verano mexicano.

 

Desde su llegada a la liga, junto a el Águila de Veracruz, poco se dudó de que tras los Mariachis hubo dinero con aroma de erario público, que mucho de su quehacer se movió al ritmo del tamal de chipilín  aquellos “nada nos debemos ya”.

 

Tuvieron un muy alentados 2021, digamos que sorprendieron pero en este 2022 parece se les agotó la magia y se les vaciaron los bolsillos, Ha trascendido que el club anda por los suelos en el rubro financiero y que esto viene de tiempo atrás.

 

El club, dicen, carga adeudos con peloteros, proveedores, empleados y lo que se acumule. No hay dique tabasqueño que pare la hemorragia.

 

Un ejemplo lo sería que en días pasados, la LMB sancionó a los Mariachis por una situación harto extraña: horas antes del juego, ausente el personal de campo que no asistieron al estadio como protestas por la falta de pago. Haciendo juego de por medio, tuvo que ser el personal de oficina el que se encargara de pintar el terreno de tal suerte que rayas y demás salieron “chuecas” con el remate de que el juego comenzó 5 min tarde, lo que forzó la multa de la liga.

 

Y es que ahora, el que servía de ”mediador aportante” ya anda de cónsul, p algo así.

 

CASO- Nos dicen que la salida de Karim García como coach de bateo no se dio precisamente por la crisis financiera del club sino esencialmente porque al manager Sergio Omar Gastelum le producía cierto resquemor el hecho de que los jugadores le ponían más atención a Karim que a él.

 

Esto llevó a Karim a la renuncia, por aquello de no generar más conflictos.

 

CERQUITAS- Con todo lo que pueda representar la situación en Guadalajara, tal parece que a la propia LMB no le interesa clarificar si la pretendida llegada de Querétaro y Chihuahua en 2023 será una poco anhelada expansión o si es solo un plan de contingencia ante la eventual mudanza de dos plazas.

 

Que si es lo segundo, se puede especular que los Mariachis no se moverían mucho, digamos que 360 kilómetros, para aterrizar posiblemente en Querétaro, donde desde ahora se habla de que pueden jugar en el futbolero estadio “Corregidora” y pasar a formar parte de un conglomerado que desde ya se antoja poco empresarial.

 

Lo de regresar el béisbol profesional a Chihuahua suena a gran despropósito, viendo tanto al pasado como a un presente en el cual, sin duda, la liga Estatal es prevalente y por mucho. La duda sería qué franquicia sería la que diga “adiós”, que sobra material al respecto, incluyendo al vecino cuadro de los Generales de Durango y a los Rieleros der Aguascalientes.

 

Porque situar a ambas plazas como protagonistas de una expansión suena a algo muy pero muy descabellado. Si hoy con 18 equipos la calidad de espectáculo anda volando bajo (pelota voladora de por medio) llegar a 20 conjuntos suena a un gran balazo en ambos pies.

 

FUTURO- Una racha de doce derrotas consecutivas fue la gota que derramó el vaso y que llevó a la directiva de los Angelinos de Los Ángeles a tomar la decisión de despedir a su manager, el muy cotizado Joe Maddon. La noticia, dura por sí misma, trajo en México la repercusión de analizar cuál será entonces el futuro de su coach de primera base, Benjamín Gil.

 

¿Lo dejarán tal y cual y lo seguirán así formando para que en un futuro próximo sea considerado como candidato a timonel? ¿Será visto como un activo de la organización o como alguien que llegó como parte del equipo de trabajo de Maddon?

 

Las interrogantes tendrán respuesta en las semanas que vienen, salvar el año será en todo caso lo que más convenga al mexicano. Hacer carrera por su hebra y mostrar virtudes propias que lo demás, a estas alturas, es lo de menos.

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