SALDOS DEL JUEGO DE ESTRELLAS LMB

ALLSTAR

RINCON BEISBOLERO

Por: José Carlos Campos

 

20 de Junio de 2022- Habría que reconocer que por lo visto, el juego de Estrellas de la liga Mexicana de Beisbol cumplió al menos su cometido de resultar un producto que pudo emocionar a las audiencias, tanto presenciales como virtuales. Quedó lejos de resultar un encuentro de alta calidad y muy al tono de nuestros días, imperó la “emoción”, la marcada por las ofensivas, tanto como para que el duelo fuera decidido por un cuadrangular con las bases llenas.

 

Se entiende y acepta: un juego de estas características está dirigido a resultar un espectáculo, término que hoy en día es concebido, en honor a “las nuevas audiencias”, alejado de la excelencia del pítcheo. Las emociones surgieron de las proezas con el bat.

 

Ganó el representativo de la zona Norte con marcador de 10 por 6, triunfo logrado en la novena entrada gracias al “grand slam” del dominicano Orlando Calixte, parador en corto de los Sultanes de Monterrey.

 

Y sobre este juego, una reflexión: muy pocos, en verdad, jugadores nativos convocados, si acaso estuvieron los representantes de una generación que se extingue (Oliver Pérez, Jorge Cantú), personajes de una generación que entra en su ocaso (Japhet Amador, Noel Fernando Salas) y personajes de una generación actual que parece estar en la estática (Wilmer Ríos, Moisés Gutiérrez).

 

Pero lo “sensacional” quedó reducido a que fuera elenco extranjero (o nacionalizado) diera la nota.

 

LABOR- Aquí es cuando uno trata de hurgar en los entresijos de las estructuras de la pelota de nuestro país, de revisar si es que en el discurso oficial se denota un rasgo de esperanza de que al menos en el mediano plazo, esta realidad imperante puede cambiar.

 

Sí, durante mucho tiempo las energías se gastaron en combatir las academia privadas, especialmente a la academia González, en buen parte abriendo un flanco de batalla porque, en esencia, dicha academia era un dique al modelo de negocio basado en  la exportación a mansalva que practicaba la LMB, ese viejo molde exportador cuya ilegalidad e ilegalidad fuera prácticamente destruido por Grandes Ligas, tanto así para que hoy la LMB sea considerada como una liga “independiente” antes de la otrora parte (¿simbólica?) del sistema de ligas menores.

 

Dicho descobijo ha sido en buena parte clave para que hoy el béisbol de verano de México sea una especie de vertedero adonde recae lo que se desecha en GL, sea el bocado apetito$o para el latino que ya no tiene opción de llegar a las Mayores y mucho sirva para que el apetito de las organizaciones por producir y desarrollar material nativo está literalmente detenido.

 

Tras el juego de estrellas que se disfrutó por emocionante, sea lo que sea que se entienda por esto. Tiempos traen tiempos, definitivamente.

 

MÉRITO- Que si se permite que nos adelantemos impunemente, diríamos que al día de hoy el trofeo “Cy Yong” de la liga Nacional debería corresponder a Joe Musgrove, de los Padres de San Diego, quien tiene marca perfecta de 8-0 y un sensacional 1-59 de efectividad, cifras como para poner en marco.

 

En segundo lugar estaría el dominicano Sandy Alcántara, de los Marlins de Miami, quien se le acerca con un 7-2 y un 1.72 que también sorprende. Aquí lo que llama la atención es que Julio Urías aparezca en cuarto sitio en PCL con un muy bueno 2.56 aunque su record sea un 4-6 que para efectos millenials no es tal malo porque, dicen, no importa mucho.  Ya sabe usted, la estadística desdeñada.

 

El tema aquí es cómo el desprecio al rubro de juegos ganados va adquiriendo mayor presencia, de tal forma que antes de eso va la afectividad. No importa cuántos juegos ganes o pierdas, si tu efectividad es notable, lo demás sale sobrando.

 

Que se sepa, ningún lanzador abridor sale con la mentalidad de que el resultado final no importa, que lo suyo se basa solamente en no permitir carreras y dejar que del resto se encargue el equipo. Así, bajo ese tipo de lógica, ya nos podemos olvidar que Tom Seaver, como ejemplo, ganó más de 300 juegos o que los 511 triunfos del mismo Cy Young fueron más anécdota que hecho tangible.

 

Lo de Urías entonces es hoy buscar mejorar la efectividad, esa es la llave. Los ganadores de juego son, al parecer, cosa del pasado.

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