RINCON BEISBOLERO
Por: José Carlos Campos
19 de Mayo de 2023 – Vamos a declararnos “sorprendidos”, bajo ciertas reservas, luego de enterarnos del cambio realizado entre los Tomateros de Culiacán y los Venados de Mazatlán, equipos ambos integrantes de la liga Mexicana del Pacífico. Los primeros ceden a Ramiro Peña a cambio de que los porteños les ceden a Ramón “Pulpa” Ríos.
En un primer apunte, un tanto simplificados, se diría que se trata de un movimiento “equilibrado”, en los que ambos equipos salen “ganando”. Esto sería viendo “por encimita”, como sin muchas ganas de hurgar posibles razones o un posible racional del porqué, específicamente los Tomateros, se deshicieron del posiblemente último pelotero “franquicia” de la organización.
A quienes de alguna manera nos dedicamos a comentar de béisbol e intentamos rascar a fondo las entrañas de este deporte nos encantan este tipo de tramas e incluso, algunos son atraídos por el intento de revelar los “intríngulis” de lo sucedido. Nada es más jugoso que identificar sospechas y no tener que acudir a las filtraciones que muy poco confieren la gloria periodística.
Y es que partimos de la base de que los clubes deportivos son empresas privadas a las que nadie, excepto hacienda o el IMSS, tienen derecho a pedirles cuentas. Sus decisiones de negocio son muy su cuento y ni quien los saque de su burbuja de silencio.
Vamos, son como una especie de YSQ a quien no le gusta que le exijan cuentas.
DESCARTADO- La primera idea que surge es la del ya clásico “relevo generacional”, que a la directiva de los Tomateros le nació la urgencia de someter a su roster a una necesaria transformación.
Pero la teoría se desvanece al ver que cambia a Peña, de 38 años de edad, por Ríos de 35, así que de lejos se impone la idea de que se trató simplemente de deshacerse del jugador. Así se simple.
El club está en toda la libertad de proceder a su antojo pero cabe la pregunta, ¿así es como respondería al sector “duro” de seguidores del equipo? “Lo cambiamos porque nos nació deshacernos de él”, respuesta que además de incómoda es imprudente y grosera.
De ahí saltamos al conspiracionismo: se dice que Ramiro fue el que pugnó porque Benjamín Gil fuera repuesta como manager horas después de que fue removido del cargo, esa idea está cundiendo en las redes sociales y le damos peso de verdad a esta especie, entonces la razón del cambio estaría en verla como una medida reactiva de la directiva, tomada más por las tripas que con la cabeza.
Mire que nos late que este movimiento no se lo podemos acreditar al genere deportivo, Pancho Camposm el solo fue “el ejecutor”.
Y retomamos lo que decíamos aquí mismo luego del traspaso de Emmanuel Ávila de los Diablos a los Guerreros: ¿acaso no era mejor darle al pelotero tiempo y espacio para irse del club con dignidad y sentido real de agradecimiento por los años entregados a la causa? ¿Por qué forzarlo a irse por la puerta de atrás?
En resumen: movimiento sin decoro ni clase alguna.
MODIFICACIONES- Ya que hablamos de la LAP, se dieron a conocer las decisiones tomadas en su reciente asamblea de las cuales se destacan el que en este año habrá de utilizar almohadillas más grandes, que se aprobó que sean siete los extranjeros por equipos y que se asumirá la “novedad” (no nos gusta reconocerla como regla) que a partir de la décima entrada de que se aplicará eso del corredor en segunda para iniciar el inning.
Si algo bueno hay en todo esto es que al menos, no adoptaron eso de la utilización del reloj entre pitcheos o que inventen medidas para intentar aligerar los tiempos de juego. No es necesario componer lo que no está descompuesto.